domingo, junio 03, 2007

BÉBEME


Esta vez no había ninguna etiqueta que dijera "BÉBEME", a pesar de lo cual la destapó y se la llevó a los labios. "La regla es que, coma o beba lo que beba, ocurre algo interesante -se dijo?: así pues, a ver qué efecto tiene esta botella. ¡Espero que me haga crecer otra vez, porque estoy realmente harta de ser tan pequeñita!"
Y así fue, en efecto, mucho más deprisa de lo que había previsto: antes de haberse bebido la mitad de la botella, notó que el techo le oprimía en la cabeza y se tuvo que inclinar para no romperse el cuello. Dejó inmediatamente la botella, diciéndose: "Es suficiente... no vaya a crecer más...
Pero ¡ay!, demasiado tarde... siguió creciendo y creciendo, y muy pronto tuvo que ponerse de rodillas; un minuto después, ni para eso había espacio, y trató de tumbarse con un codo contra la puerta y el otro brazo arrollado en la cabeza. Seguía creciendo y, como último recurso, sacó un brazo por la ventana y metió un pie en la chimenea, diciendo: "Ya no puedo crecer más, pase lo que pase. ¿Qué va a ser de mí?
Por suerte para Alicia, la botella mágica ya había hecho todo su efecto, y no creció más. Aun así, estaba muy incómoda y, como no parecía haber posibilidad de salir del cuarto, no es extraño que Alicia se sitiera desdichada.
Alicia en el país de las maravillas

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