lunes, agosto 20, 2007

Dar una dimensión poética a las creaciones por Alberto Ruiz de Samaniego




Locutor: Marcelino Cotilla Vaca (acento castellano)

Nuestra cita con Alberto Ruiz de Samaniego es frente al Ministerio de Exteriores, en Madrid. El comisario del Pabellón español en la 52ª Bienal de Artes Plásticas de Venecia nos hablará de su proyecto: Paraíso Fragmentado–Paradiso Spezzato. Samaniego llega con paso apresurado, cartera colgada del hombro y traje sin corbata. Entramos en el Palacio de Santa Cruz, más bello aún por dentro que por fuera. Un lugar adecuado para hablar de arte, estética y belleza con un experto en la materia. Concreto y preciso, además de explicativo, algo que se agradece, Alberto Ruiz de Samaniego, crítico y teórico del arte, profesor de Estética y Teoría de las Artes en la Universidad de Vigo, nos traslada rápidamente a ese mundo, a veces, tan difícil de entender.

¿Por qué el nombre de Paraíso Fragmentado–Paradiso Spezzato?

Alberto Ruiz de Samaniego (acento castellano). «Es un término que utiliza Ezra Pound, el poeta norteamericano que vivió en Venecia, está enterrado en Venecia. Es un término fantástico que significa paraíso fragmentado, paraíso hecho polvo y es una señal que yo he interpretado como guía para decir que el mundo es un paraíso fragmentado».

¿Qué lugar ocupa el arte español a nivel europeo y mundial?

Alberto Ruiz de Samaniego. «El nivel del arte español a nivel global lo desconozco. Me parece más interesante ofrecer un proyecto como es Paradiso Spezzato, y generar un valor de discusión y de confraternización y de confluencia».

¿Qué quiere transmitir al público?

Alberto Ruiz de Samaniego. «Quiero transmitir la necesidad de sentirnos vivos, de afirmar la vida, de que el arte sirve para estimular la vida y la vida sirve para estimular el arte. El arte no es sólo una descripción de la decrepitud, de la destrucción. El arte también es un fulgor paradisíaco».

¿Por qué ha seleccionado cuatro artistas y en particular a ésos? ¿Ha sido difícil la elección?

Alberto Ruiz de Samaniego. «No, en absoluto. No ha sido nada difícil. He seleccionado cuatro artistas que yo sabía que estaban trabajando en poéticas muy cercanas. Una poética que es la de buscar rendijas de la vida, fisuras de la vida en medio de una situación en la que no nos queda mucha opción. Decía Ezra Pound «es muy fácil hablar del apocalipsis, pero tenemos que hablar del paraíso». Yo me he obligado a hablar del paraíso».

Hablemos de estética, su especialidad: ¿qué significado tiene en este tercer milenio en el que parece haber de todo, y donde a menudo, lo feo prevalece sobre lo bello?

Alberto Ruiz de Samaniego. «Bien, es una pregunta estupenda. Desde los griegos, ellos pensaron que la belleza tenía algo verdaderamente importante. La belleza es enorme, la belleza es fascinante, la belleza es hipnótica. El arte no es belleza, pero hay un componente bello en el arte que no podemos olvidar jamás. Creo que el arte contemporáneo a menudo ha olvidado ese componente bello, ese componenete verdaderamente saludable del arte. El arte tiene que demostrar la capacidad de sentirnos bien en la vida».

Según avanza la conversación, comprobamos lo afortunados que somos de poder hablar de arte contemporáneo con un experto que te hace entender la materia. No siempre es así.

Profesor, comisario de exposiciones, crítico cultural: ¿cuál de estas tres facetas le gusta más?

Alberto Ruiz de Samaniego. «Bien, es una pregunta bonita. Yo sólo me reconozco como escritor. Desde pequeño he querido ser escritor. La capacidad de la escritura es omnímora, es decir, uno escribe, y uno piensa, y uno actúa. Empecé como escritor, continué como aficionado al arte, luego seguí como comisario. Estoy ahora mismo como comisario y yo creo que la escritura, la fascinación, la belleza, el arte son compartimentos que se comunican y que tienen que distribuirse absolutamente coordinados».

Un crítico de arte: ¿cómo consigue ser objetivo y cuánto llega a influir en el posible éxito de un artista? ¿Se siente responsable al hacer una crítica?

Alberto Ruiz de Samaniego. «Me siento absolutamente responsable. Cada vez que escribo sobre alguna persona pienso que para él y para mí el mundo se transforma. Quiero pensar, sé que no es verdad, pero quiero pensar, que ese texto, esa experiencia, esa reseña, ese acto de amor que para mí es responder a eso, supone una aportación contra el nihilismo y contra todo el apocalipsis reinante en el que estamos».

Bueno, ¿y cuál es su opinión sobre la Bienal de Venecia?

Alberto Ruiz de Samaniego. «Siempre he sido uno de los defensores de la Bienal de Venecia. Me gusta mucho la Bienal de Venecia por tres razones. Una, por su historia, hay pocas cosas que resistan cien años. Eso es un logro. Dos, hay pocas cosas que resistan que diferentes países arreglen sus pequeños problemas para explicarse. Tres, hay pocas cosas que consigan que se pueda expresar el nivel de articulación de signos plásticos contemporáneos con la capacidad absolutamente amplia de demostración que tiene la Bienal de Venecia».

Y, para finalizar, su dictamen sobre el arte moderno italiano: ¿qué artistas destaca?

Alberto Ruiz de Samaniego. «Me gusta mucho Loris Cecchini, por ejemplo, me parece un artista esencial, un artista que toca en la problemática de una construcción simbológico-tecnológica en la que estamos todos inmersos. Mas no soy muy consciente del panorama, por lo tanto, no me atrevo a opinar».

1 comentario:

Anónimo dijo...

quien es este locutor??