miércoles, julio 25, 2007

Coca, por Cristina Fallarás


En ADN


Ahora todos se echan las manos a la cabeza. España, el país del mundo con mayor consumo de cocaína. Vaya sorpresa.Como he tratado con mucha gente, es posible que en esto les gane, pero no se crean que es una exageración.


Voy a contarles a cuánta gente, que yo recuerde, he visto tomar cocaína.

Prometo no inventar.A amigotes, amiguitas y enemigos. A constructores y a albañiles. Y también a los arquitectos que median entre ellos. A políticos en campaña, a empresarios de muchos posibles y a muertos de hambre sin techo. A taxistas, que además eran camellos, a cocineros de postín, a camareros y a los que friegan, a periodistas de firma y a becarios sin futuro, a escritores, catedráticos, investigadores universitarios y también a pastores del Pirineo analfabetos y a las prostitutas del pueblo vecino. A policías, a guardias civiles y a delincuentes. A médicos, enfermeras, jueces, profesores de colegio, libreros y editores, a marineros, transportistas, barrenderos y titiriteros, a chavales muy menores de edad y a ancianos al borde del alzheimer.


La cocaína no depende del nivel económico, ni del cultural, ni de la orientación política ni religiosa. No depende de nada. Se toma porque hay. Mucha, muchísima. Eso lo sé yo, lo saben todos los encargados de velar por la salud pública y también los de la seguridad y la porra.


Y ahora me bajo a fumar a la calle.

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